Lorca, Miguel Hernández, Peter Pan e incluso Anna Karenina son algunos de los autores y personajes que a lo largo del curso han pasado literal y “literariamente” por el aula de lengua y literatura del IES Avempace (Zaragoza) en una peculiar iniciativa de fomento de la lectura con la que se les ha invitado a realizar maravillosos viajes en el tiempo por la literatura de los siglos XIX, XX y XXI
Desde siempre hemos defendido que, tal y como los expertos señalan, la promoción de la lectura no es un acto aislado, sino que requiere una acción conjunta y con sentido desde diversos frentes. La escuela, el lugar donde nuestros hijos pasan buena parte de su tiempo a lo largo del año es, sin duda, una de las piezas fundamentales de este engranaje. La escuela, y por tanto los educadores, tienen ante sí un importante reto que comienza en la más tierna infancia, cuando enseñan a los niños no solo a leer, sino también a acercarse (bien) a los libros, a apreciarlos, y que continúa a medida que van creciendo en edad. En paralelo a su crecimiento, el objetivo se va transformando: de saber leer y leer bien, a saber elegir con criterio, a saber valorar lo que uno lee... Claro está que nuestra formación como lectores dura toda la vida, pero es a menudo en la adolescencia donde más riesgo existe de alejarnos de la lectura.
Los menores y adolescentes españoles son el grupo de población que más lee pero, como muestran algunos estudios, entre los 15 y los 18 años empiezan a interesarse menos por la lectura, atraídos por otras muchas (y cada vez más) opciones de ocio a su alcance. Por eso, cuando nos llegan noticias sobre iniciativas en las que algún profesor, tirando de pasión y de ingenio, consigue conectar de verdad a los jóvenes con la lectura, nos emocionamos y tratamos de compartir su experiencia. Y en esto estamos hoy con Graciela de Torres Olson y ‘El Aula del Tiempo’, una genial iniciativa que invita a los alumnos de 4º de la ESO del Instituto Avempace de Zaragoza a viajar en el tiempo de la mano de sus autores o personajes literarios favoritos, en los que se transforman y a los que representan delante de toda la clase, teniendo incluso que intercambiar correspondencia con sus parejas literarias de esa época. El proyecto, que también ha dado el salto a las redes sociales, ha atraído la atención hasta del popular Manuel Bartual, uno de los primeros en poner en marcha experimentos literarios en Twitter que se han bautizado como ‘tuiteratura’.
Pasen, lean y déjense inspirar por una idea maravillosa.
El Aula del Tiempo surgió tras pequeñas experiencias en cursos anteriores, en los que observé que el alumnado prestaba más atención a determinados textos cuando identificaba a su personaje literario con un compañero/a.
El objetivo principal es disfrutar de los libros y sus historias, contándonoslas los unos a los otros y viviéndolas como lectores, pero también desde el punto de vista de sus autores y autoras.
El Aula del Tiempo se creó para el alumnado de 4º de la ESO, pero se plantea la posibilidad de hacerlo extensivo a otros cursos.
El proyecto ha abarcado todo el curso, centrándose en cada trimestre en un siglo: XIX, XX y XXI. A principio de cada trimestre cada alumna/o elige un autor o personaje literario de ese período con el que se identifica y al que representa ante el resto de la clase. A su vez, se establecen parejas literarias que mantienen correspondencia escrita a pluma durante el s. XIX, con máquina de escribir en el s. XX y mediante hilos de Twitter en el s. XXI.
Para poder viajar de un siglo a otro cuentan con el Pasaporte de Horas, el cual van sellando según completan misiones en exposiciones, bibliotecas o eventos, como la Feria o el Día del Libro. Así, por ejemplo, durante la pasada Feria del Libro de Zaragoza, el alumnado debía entrevistar a un autor/a y preguntarle cuál era la obra que había marcado su adolescencia, como puede apreciarse en el vídeo. En el Día del Libro, la misión consistía en localizar cinco autores y cinco autoras que firmasen, de los cuales la mitad debían ser aragoneses; al día siguiente, todos trajeron sus adquisiciones y libros favoritos para celebrar en grupo este día tan importante para ‘El Aula del Tiempo’. En algunas exposiciones escogían ilustraciones, fotografías o cuadros sobre los que escribían un microrrelato o poema (Paseando la mirada ), o bien un haiku de creación propia, recitado sobre la grabación de una instalación audiovisual
. También visitaron lugares de trasfondo literario y recitaron en ellos pasajes de obras clásicas, como un fragmento de Fortunata y Jacinta bajo el Arco del Deán. A su vez, visitaron bibliotecas para elegir y fotografiar su palabra favorita del Diccionario de uso del español, de nuestra insigne María Moliner; como en Zaragoza tenemos dos bibliotecas con su nombre, consultar el diccionario en ellas puntuaba extra.
También han recibido la visita de ilustradores y escritores en el instituto, como la de Manuel Bartual , muy popular en Twitter (con más de 300.000 seguidores), que les dedicó un hilo en esta red social hace unos días.
La dinámica ha sido la misma durante todo el curso, si bien los cambios en los distintos instrumentos de escritura y soportes de lectura han propiciado el traslado del aula de un siglo a otro cada trimestre.
Lo más importante y sorprendente de El Aula del Tiempo es que todas las alumnas y alumnos han participado de una manera activa en la propuesta.
Trabajar por proyectos supone trastocar ciertos hábitos en los que muchos estudiantes se siente más seguros, como son los exámenes, el trabajo principalmente individual o las prácticas repetitivas, por lo que algunos recibieron la propuesta con cierto recelo. Al final, muchos de los más escépticos fueron los más participativos.
En la puesta en marcha de la iniciativa fue muy importante la comunicación entre todos a través de Google Classroom, para poder mantener un Aula del Tiempo virtual a disposición de todos sus miembros.
Los resultados del proyecto han sido excelentes, consiguiendo una implicación ilusionante por parte del alumnado.
Es conocido que los viajes temporales a veces crean desconcierto, y más teniendo en cuenta que en este caso las personalidades cambian de un siglo a otro. El mejor consejo es que se mantengan siempre una referencia que les pueda devolver a su época original y, sobre todo, que no pierdan nunca el pasaporte (que les lleve de regreso).
Datos contactos
El Aula del Tiempo
Responsable: Graciela de Torres Olson, profesora de Lengua Castellana y Literatura