A lo largo de su vida Joaquín Sorolla (1863-1923) realizó numerosos viajes a grandes ciudades. Entre ellas visitó Italia, París y Nueva York… ¡también las pintó!
Hagamos memoria ¿recuerdas las ciudades a las que has viajado? En este itinerario te proponemos un recorrido por grandes ciudades de nuestro mundo utilizando nuestra imaginación en el que analizaremos detalles, pintaremos su urbanismo y movimiento y aprenderemos muchas cosas viajando por el mundo con Joaquín Sorolla, ¿nos acompañas en esta aventura?
¡Tienes que leerlo todo! Al final hay una actividad para que te diviertas con el dibujo y la pintura.
Cuando Joaquín Sorolla iba de viaje solía hacer dibujos de todo lo que veía, ¡y además usaba técnicas muy diferentes! Cuando viajó a Estados Unidos. realizó muchas vistas de la ciudad de Nueva York. En ocasiones pintó rincones famosos de la ciudad, a las personas que paseaban por las calles ¡o dentro de los restaurantes!
Era un pintor incansable, por eso algunas de las obras que se conservan de él las realizó en cualquier sitio: tapas de cajas de puros, papel de fotografía, cartones, etc. Otras, sin embargo, las pintó en lienzos que llevaba de acá para allá cargado con un montón de cosas: dos sillas, un caballete, una mesita, las paletas, los pinceles, un sombrero, y por supuesto… ¡su caja de pinturas!
Uno de los primeros países que visitó fue Italia, concretamente Roma. ¿Conocéis algo sobre Italia? Italia era considerada la cuna del arte, ¡el lugar perfecto para un artista! Sorolla pasó por diferentes ciudades además de Roma, como Florencia o Venecia, pero donde más tiempo estuvo fue en la ciudad de Asís, en la que vivió varios años con su mujer Clotilde.
Sorolla siempre llevaba sus pinturas preparadas para capturar un instante con sus pinceles. A estos apuntes les solía llamar “notas de color” ya que no los hacía con precisión, sino de una forma muy rápida para captar los colores y las sensaciones que estaba sintiendo en ese momento.
En estas pequeñas obras Sorolla experimentaba y estudiaba las nuevas corrientes artísticas, las usaba como bocetos que luego utilizaba en lienzos de mayor tamaño o incluso para inspirarse. A veces también las regalaba o intercambiaba con otros artistas.
Después de casarse, el matrimonio se trasladó a la ciudad de Asís, donde Sorolla siguió experimentando y pintado todo lo que veía. Por ejemplo, en Plaza del ayuntamiento, Asís, pinta a varias personas paseando con paraguas y abrigos. El suelo está mojado y es del mismo color que el del cielo. Las tonalidades blancas y grises transmiten sensación de frío y humedad. ¿Notas algo diferente en el fondo? Esas manchas marrones son el soporte en el que ha pintado: una pequeña madera. A Sorolla no le importaba no cubrirlo por completo, solo quería pintar esa sensación fugaz con rapidez.
Uno de los viajes que más le gustó fue el que realizó a París en 1885, donde conoció a otros artistas y en qué estaban trabajando. Allí siguió utilizando sus pinceles para pintar todo aquello que veía, París era una de las ciudades más modernas del mundo y eso a Sorolla le encantaba. Continuó pintando al aire libre captando la luz de cada momento y la espontaneidad de las personas de la calle.
Siempre fue un gran observador del mundo que lo rodeaba, dibujaba lo que veía, ya fuese en la calle, en los cafés o en el teatro. En una carta que le escribió a Clotilde, Sorolla se quejaba de que se había aburrido mucho en el teatro, ¿te imaginas por qué? ¡le habían colocado en primera fila y no había podido dibujar!
Sorolla viajó dos veces a Nueva York. No fue en avión, sino en barco hasta esa ciudad. Desde su hotel capta algunos rincones de Central Park y de las calles cercanas como La quinta avenida. ¿Has oído hablar alguna vez de ella? ¡Aparece en muchas películas! Es una de las vías más importantes de la ciudad, con museos y tiendas de todo tipo muy exclusivas.
Sorolla fue un constante viajero que quedó impresionado por los edificios de la ciudad de Nueva York. ¿Sabes cómo se llaman los edificios altos como estos? Son los rascacielos.
Desde la ventana de estos edificios tan altos, Sorolla pinta las calles de la ciudad con un ángulo un poco especial, ¿no crees? parece una fotografía. Son vistas que capta de arriba abajo. ¿Te has fijado lo pequeño que aparecen las personas o los coches? Ese ángulo se llama «picado», y debido a la altura del edificio, multiplica la distancia con respecto al objeto que se ve. Era algo que no era muy habitual en la pintura de ese momento.
A Sorolla le encantaba retratar lo que veía por la calle en ese momento. Captar un instante del día a día de la ciudad, los coches o la altura de los edificios que todavía no eran muy frecuentes en España en ese momento.
Aquí pinta Central Park. ¿Has oído hablar de Central Park? Central Park es un parque urbano (como, por ejemplo, El Retiro de Madrid, el Parque María Luisa de Sevilla o el Campo Grande de Valladolid) que está situado en Manhattan. Tiene forma rectangular y es gigantesco. Es el parque más visitado de todos los E.E.U.U. Tiene lagos artificiales, pistas de patinajes sobre hielo y muchas áreas de hierba para practicar deporte. ¡Es el pulmón de la ciudad! así que no es extraño que Sorolla quisiera dibujarlo.
En este dibujo hay pocos colores porque Sorolla ha utilizado solo tonos marrones, grises y blancos. ¿Se te ocurre por qué? Probablemente sería un día gris de lluvia y nieve del invierno, por eso usó colores fríos que acentúan la bruma y la imaginación a partir de manchas de pintura.
Su mirada es como la de un pájaro que observa desde las alturas la vida urbana y moderna de los neoyorkinos.
Este es otro dibujo de Central Park. Pero ¿te has fijado qué diferente es al anterior? Sorolla utiliza otros colores (verdes, rojos, etc) y el resultado es totalmente diferente.
Sorolla también pintó la ciudad ciudad de Nueva York como en Hotel Plaza, Nueva York. El Hotel Plaza es un hotel de lujo con una impresionante arquitectura. Desde una de sus ventanas Sorolla pintó esta escena urbana.
Esta vez pinta la calle de noche, pero casi no utiliza el negro. Fíjate en los colores: hay azules, violetas o grises (tonos fríos). ¿Y para las luces de la calle? Naranjas, amarillos o blancos. ¿Has visto qué pequeñas son las personas que cruzan las calles? No se les ve la cara o los zapatos, son rápidas manchas. Al fondo hay un edificio con las luces encendidas ¿qué podrá ser?
Esta es otra obra espontánea en la que Sorolla retrata a la ciudad de Nueva York en aquellos días de 1911.
¿Te ha gustado este viaje con las obras de Sorolla y de la ilustradora Eva Arango? ¡Ahora te toca a ti! Pincha aquí o en la imagen y descubre esta actividad para que disfrutes pintando o dibujando desde casa.