El final de la guerra civil supuso la diáspora de cientos de miles de españoles, que se habían mantenido leales al gobierno legalmente establecido de la II República. El destino de los derrotados en la guerra fue tomar el camino del exilio. Muchos marcharon a Francia y a otros países europeos, otros al Norte de África y otros muchos, a los países hermanos de Iberoamérica.
Los barcos de refugiados, en los que se embarcaron los exiliados españoles, fueron el testigo mudo de este colosal éxodo. La trayectoria azarosa y aventurera de estas embarcaciones corrió paralela a la de los españoles que tuvieron que buscar una nueva vida, personal y profesional, lejos de España. José Gaos los llamó los "trasterrados".
Estas expediciones marítimas fueron organizadas por los organismos creados por el gobierno de la II República, como el SERE y la JARE, y contaron con el apoyo y colaboración impagables de diplomáticos y políticos de varios países, especialmente de México. Se enmarcaron dentro del contexto del Exilio Republicano Español.
Las tres grandes expediciones del SERE fueron las de los buques Sinaia, Ipanema y Mexique, en el verano de 1939, y que supusieron el traslado de cerca de cinco mil exiliados españoles a México. El trayecto del Sinaia fue posible por el apoyo financiero del National Joint Committee for Spanish Relief.
Aparte de México, el SERE organizó expediciones a otros países como la expedición del barco Winnipeg a Chile, que fue promovida por el poeta chileno Pablo Neruda, durante su etapa como cónsul chileno en París.
A la República Dominicana también llegaron barcos de refugiados. No había afinidad ideológica con el dictador Trujillo, pero éste quería paliar el déficit demográfico con la llegada de españoles. Las expediciones del Flandre y las tres del buque Lasalle fueron las más importantes.
La evacuación de republicanos españoles con destino a América se saldó con el traslado de más de veinte mil exiliados, sumando los llegados en barco a los puertos de México, Chile y la República Dominicana.
Vamos a surcar los mares para conocer un poco más de estos barcos, en los que se marcharon nuestros compatriotas, algunos de los cuales pudieron volver a España con la instauración de la democracia.