Muchos objetos culturales constituyen un inestimable testimonio documental de las costumbres e ideologías imperantes en los grupos sociales de distintas épocas y diferentes lugares del mundo. En particular, todos los que integran esta sección se relacionan con la idea de la cosificación de la mujer, pues sus protagonistas son féminas que se ven desprovistas de los valores que tiene cualquier ser humano como individuo, por el mero hecho de existir. Sin embargo, se realzan en ellas determinadas características y atributos que son los que, desde tiempos inmemoriales, han generado en el imaginario masculino una visión de la mujer condicionada únicamente por su físico y su propia naturaleza.
A título de ejemplo, el anuncio que realizó Fernando Marco Díaz-Pintado a mediados del siglo XX para Gal evidencia cómo la publicidad se ha servido de esta idea. Otros objetos destacan por su sensualidad o su erotismo. Muchos muestran cómo ha ido evolucionando la moral a la hora de situar los límites entre la inocencia y la complicidad, entre lo sugerido y lo explícito, o entre lo ético y lo inmoral. También hay piezas que ponen de relieve las distintas formas que ha tenido el hombre de aproximarse sexualmente a la mujer o la propia desigualdad de género. En este sentido, en su obra Arch of Hysteria Louise Bourgeois denuncia la idea preconcebida que asocia la enfermedad de la histeria al sexo femenino. En definitiva, todos estos bienes nos acercan a ciertos tópicos hegemónicos relacionados con el deseo y la mirada del hombre hacia la mujer, que se han ido forjando desde la Antigüedad y que, sin perjuicio de su evolución diversa, todavía perduran.