La arquitectura religiosa de las iglesias bizantinas de Troodos es un ejemplo único que solo se puede encontrar en esta región, considerada como el centro de las grandes concentraciones de iglesias y monasterios del Imperio Bizantino durante toda su existencia (396-1453). Se trata de iglesias rurales, cuya arquitectura rústica destaca con su rica decoración de interiores, especialmente de los muros pintados con una gran influencia del arte de Italia, de Francia y de España. Sin embargo, al mismo tiempo, presentan todo el panorama de la historia de la pintura bizantina en Chipre.
La relación con Europa está presente, no sólo a través de la pintura, sino también a través de la arquitectura, y de otros aspectos de carácter militar. Durante las cruzadas Chipre supuso un emplazamiento estratégico y el más cercano a Tierra Santa, lo que conllevó el paso a través de sus caminos, de origen romano, de los ejércitos de los cruzados y, desde la época bizantina, de los peregrinos en camino a Jerusalén.