Manuel Castillo fue bibliotecario en la Universidad de Salamanca y Catedrático de Francés llegando a dirigir el Instituto Luis Vives de Valencia. Realizó la primera traducción al español de la clasificación bibliográfica decimal de Dewey. Miembro del Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios, solicitó más tarde la excedencia para trabajar como Catedrático de Segunda Enseñanza. También fue periodista y dirigió el periódico liberal "El Noticiero" y en Valencia fundó la publicación "La Voz Valenciana". Firmaba sus artículos con seudónimos como Chateau, Castillo y Don Nadie. Finalizada la guerra civil se exilió en Francia con su mujer María Iglesias y sus cuatro hijos (Diego, Luis, Agustina y Purificación), instalándose en Toulouse hasta la ocupación nazi. Entonces, se exiliaron en México, país en el que falleció Manuel a los 94 años. Sus hijos, Luis Castillo Iglesias y Diego Castillo Iglesias, que regresaron a España con la democracia, donaron una parte del legado familiar a la Universidad de Valencia, institución que fundó el “Patronat Sud-Nord” en 1991, para ayudar a financiar estudios a familias con pocos recursos.