1914-1918: neutralidad y acción humanitaria

La neutralidad española anunciada en los reales decretos del 30 de julio y 7 de agosto de 1914 se convirtió en el centro de debate en el ámbito cultural y político de la época. Entre los que se posicionaban como neutrales y germanófilos, se encontraban la Corte, la aristocracia, los partidos carlistas y mauristas, el Ejército y la mayoría de la Iglesia Católica, salvo el clero catalán. Los partidarios de los aliados eran fundamentalmente los republicanos, los partidos socialista y reformista, y los intelectuales [7].

Miguel de Unamuno Nueva ventana publicó el 19 de septiembre de 1914 su artículo “¡Venga la guerra!” en la revista Nuevo Mundo en el que defendía una posición aliadófila, y consideraba que la guerra podía ser una manera de corregir la mediocridad y el poco sentimiento nacional de la época. A este argumento se unió Ortega y Gasset en la conferencia que ofreció en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 23 de marzo de 1914, titulada “Vieja y Nueva Política”, que presentó públicamente la Liga de la Educación Política [7].

Visita a la frontera austro-italiana de Rusiñol, Azaña, Bello, Américo Castro y Unamuno, septiembre 1917. Fuente: Casa-Museo Unamuno (Salamanca) Pulse para ampliar Visita a la frontera austro-italiana de Rusiñol, Azaña, Bello, Américo Castro y Unamuno, septiembre 1917. Fuente: Casa-Museo Unamuno (Salamanca)

Además de la prohibición de obras teatrales y películas que hicieran referencia a la guerra, el mundo de la cultura se vio directamente afectado pues los intelectuales españoles comenzaron a difundir sus opiniones en revistas, periódicos y semanarios. Artículos y manifiestos comenzaron a cubrir las páginas de estos medios de comunicación [7].

Eugenio d’Ors Nueva ventana intelectual conocido por haber difundido el movimiento Noucentisme, creó la agrupación Comitè d’Amics de la Unitat Moral d’Europa Nueva ventana para reunir a los que simpatizaban con sus ideas neutrales y pacifistas. Fundaron además una revista, Els Amics d’Europe, canal por el que difundieron sus ideas entre los años 1915 y 1919 [8].

El 29 de enero de 1915 se publicó el primer número de la revista España Nueva ventanadirigida por Ortega y Gasset y formada por hombres de letras vinculados al Ateneo de Madrid Nueva ventana, de ideas republicanas, reformistas y aliadófilas. Se convertiría en el periódico político más importante de la época. Publicó el 9 de julio de ese mismo año el texto más importante de los partidarios de los aliados: el “Manifiesto de adhesión a las naciones aliadas”, redactado por Ramón Pérez de Ayala Nueva ventanay que pretendía terminar con la neutralidad española [7].

Tanto Miguel de Unamuno como Luis Araquistáin publicaron en El Liberal Nueva ventana tratando de movilizar a las masas para pasar de una posición pasiva a una postura activa. Por otra parte, los estereotipos de alemanes y franceses se fueron extendiendo cada vez más, llegando a ocupar portadas de revistas como España ilustradas por Luis Bagaría Nueva ventana o la revista Iberia [7].

Por otro lado, el bando germanófilo dividía su postura en dos sectores: los que rechazaban la política internacional inglesa y los valores republicanos franceses, y los que veían a Alemania como modelo ideal para España. Revistas como El Debate o Razón y Fe sí apoyaron el posicionamiento neutral y germanófilo [9]. El 18 de diciembre de 1915, publicaron en La Tribuna el manifiesto “Amistad hispano-germana”, redactado por Jacinto Benavente Nueva ventana, con la idea de rechazar la guerra como un enfrentamiento de libertad contra Alemania. Concebía el imperio de Guillermo II de Alemania (1859-1941) Nueva ventanacomo un modelo para España, y en cambio, a Inglaterra como la causa de la mala situación de España [7].

En 1917 se produjo el crecimiento de los empresarios y el empobrecimiento del resto de la sociedad lo que provocó agitación y movilización social. El Gobierno parecía incapaz de solucionar esta situación, y junto a la Revolución Rusa, se intensificó la inestabilidad política [7].

Ante esta situación los intelectuales afines a los aliados y los sectores socialistas y republicanos, bajo la dirección de Araquistáin, fundaron en enero de 1917 la Liga Antigermanófila Nueva ventana, que trataba de explicar la relación entre los posicionamientos en relación a la guerra y la política española. La división de la sociedad española en intervencionistas pro-Entente y neutrales germanófilos se manifestó en dos reuniones que tuvieron lugar en la Plaza de Toros de Madrid, atrayendo a miles de personas. Tras el ascenso al poder de Manuel García Prieto, Antonio Maura reunió a 20.000 personas en una manifestación en contra de los Aliados a la que acudieron todos los sectores conservadores. La Liga Antigermanófila fue prohibida mientras se permitía que germanófilos, como Juan Vázquez de Mella Nueva ventanao Maura, difundieran sus ideas. Un mes después, se convocó otra manifestación a favor de los Aliados que reunió a 25.000 personas, demostrando que la causa aliada y la izquierda estaban unidas. Buscaban convertirse en un régimen democrático uniendo fuerzas con las democracias [4]. Dos días antes, Manuel Azaña daba su conferencia “Los motivos de la germanofilia”, en la que explicaba la necesidad de unir fuerzas con las democracias europeas para obtener la democracia en España [7].

Con la crisis que hizo tambalearse el régimen restauracionista, los defensores de los aliados fueron posicionándose cada vez más en contra de la monarquía al ser conscientes de que el rey Alfonso XIII no llevaría a cabo los cambios necesarios para instaurar una democracia real.

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