La búsqueda de un paso entre el nuevo mar y el Atlántico se convierte en el gran objetivo. De nuevo un hombre y una idea: las naos de Fernando de Magallanes encuentran el ansiado paso, cruzan la inmensidad y ponen dimensiones y nombre al Océano Pacífico. Se alcanzan al fin las islas de las especias y con ellas una nueva certeza: “La Mar del Sur” es en realidad el mayor océano de la Tierra, el gran océano, el último refugio de mitos y leyendas. La tragedia y el éxito esperan a los navegantes. Comienza la exploración del océano Pacífico. En solo 85 años los navegantes españoles encuentran el paso hacia el Pacífico, escudriñan sus vientos y corrientes, dibujan gran parte de sus costas e islas y descubren las rutas que harán del abismo un océano navegable. Sobreviven algunos mitos y permanecen muchas incógnitas, pero a comienzos del siglo XVII el hombre concibe ya el océano Pacífico como un concepto geográfico definible. El mundo se convierte en un lugar conectado.