Antecedentes

Título epígrafe "Los levantamientos del Sexenio Absolutista"
Grabado de Rafael del Riego conservado en el AGA Pulse para ampliar

Con el objetivo de aniquilar las revueltas independentistas americanas, se había reunido en Las Cabezas de San Juan Nueva ventana una reducida fuerza expedicionaria, al mando de Enrique O’ Donnell, conde de La Bisbal, y para trasladarla al nuevo continente la diplomacia secreta de Fernando VII había comprado una escuadra rusa de cinco navíos de línea y tres fragatas, a espaldas de la Administración regular.

Los preparativos para el envío de la nueva expedición se desarrollaron con extraordinaria lentitud, factor que determinó un dilatado contacto entre los hombres y unidades; durante los meses previos al embarque se llevó a cabo una intensa acción de propaganda cerca de la tropa, con objeto de disminuir sus ya escasos deseos de trasladarse a América, empresa especialmente arriesgada debido al deplorable estado de los buques, como lo testimonia Baltazar Hidalgo de CisnerosNueva ventana, Capitán General de Cádiz.

El malestar entre la tropa expedicionaria allí reunida, creó una oportunidad favorable para intentar un nuevo pronunciamiento. El 1 de enero de 1820, el comandante Rafael del RiegoNueva ventana, puesto al frente de sus hombres, proclamó la Constitución de 1812. La arenga de Riego insistirá fundamentalmente en los peligros del embarque y en la necesidad de establecer «una Constitución que asegure los derechos de todos los ciudadanos».

Riego se dirigió a Arcos e hizo prisionero al general en jefe Félix Calleja, conde de Calderón Nueva ventana, junto con su estado mayor, al tiempo que conseguía sumar nuevas fuerzas a su causa. Mientras tanto, el coronel Antonio Quiroga, recién liberado de la cárcel por responsabilidades en otro complot, había sublevado los batallones de España y el de Corona, lanzándose contra Cádiz, pero sin obtener resultados. Se estableció a las puertas de la ciudad, en la Isla de León (Cádiz), bloqueando la plaza, y allí se le unió Riego. Tras un consejo de oficiales en el que participaron, entre otros, Riego, Felipe Arco-Ágüero, Evaristo San Miguel y su hermano Santos, José Rodríguez Vera, Demetrio O’Daly, fue elegido Antonio QuirogaNueva ventana para estar al frente del mando insurgente.

Durante unos días la situación no evolucionó, más allá de la llegada del general Freire, enviado por el Gobierno a combatir a los insurgentes. Reforzó militarmente Cádiz con tropas transportadas por mar. De ahí que Riego, a finales de enero, saliera de la isla y emprendiera una expedición por Andalucía con la intención de desbloquear la situación. Partió con 1.500 hombres, recorrió Chiclana, Conil, Véjer hasta Algeciras, pero el impacto sobre las gentes de Andalucía no fue muy grande.

Enrique O’Donnell Nueva ventana persiguió infatigablemente a la columna expedicionaria, a la que consiguió alcanzar en Marbella, ocasionándole una pérdida importante. La persecución continuó, obligando a Riego a pasar el Guadalquivir y luego a buscar refugio en los alrededores de Sierra Morena. En Bienvenida, el 11 de marzo, desconociendo lo que estaba sucediendo en otros lugares, decidió disolver su unidad.

Mapa de la expedición de Riego tras su pronunciamiento Pulse para ampliar

Fue entonces, con la acción de Riego a punto de perder su energía y de extinguirse, cuando comenzaron a producirse réplicas del movimiento en otros lugares de la Península.

El primer foco de apoyo se localizó en Galicia, con el pronunciamiento de la guarnición de La Coruña, seguida por la de El Ferrol y Vigo. Unos días después se constituyó en Oviedo una junta Revolucionaria que asumió el mando militar y político de la región. Durante los primeros días de marzo se pronunció la guarnición de Zaragoza, sirviendo de ejemplo a las provincias cercanas.

En Pamplona fue jurada la Constitución de Cádiz el día 11 de marzo, después que Espoz y Mina Nueva ventana estuviese agitando los pueblos de Valle de Baztán.

En Barcelona, el general Francisco CastañosNueva ventana, Capitán General de Cataluña, formó una Junta y organizó el juramento de la Constitución. En los días siguientes el ejemplo fue imitado por otras localidades catalanas como Tarragona, Gerona y Mataró. Sevilla proclamó el código gaditano el 10, Valladolid y Granada el 11 y Murcia el 12.

El hecho que aceleró los acontecimientos fue la traición de La Bisbal. El Conde de La Bisbal, que había jugado un papel ambiguo en las conspiraciones liberales, no tardó en volver las armas contra la monarquía absoluta. El 4 de marzo, al llegar a Ocaña, proclamó la Constitución de 1812, abandonando su objetivo de aplastar la insurrección liberal y extendiendo el movimiento revolucionario por el territorio de La Mancha.

En Madrid, el 7 de marzo se originó un movimiento en la Puerta del Sol que llegó hasta Palacio. Frente al miedo y el desconcierto de Fernando VII y la reina Amalia, el rey recabó la opinión del general Francisco López Ballesteros y el día siguiente tomó la decisión de jurar el texto gaditano.

El día 9 marzo el rey Fernando VII finalmente juraría la Constitución de 1812 y al día siguiente daría el Manifiesto a la Nación, en el que mostraba su convencimiento de hacer la voluntad del país y su mejor disposición a ser el primero en caminar «por la senda constitucional».

El Levantamiento de Riego será el último de esta larga serie de pronunciamientos del Sexenio Absolutista y el único con un final exitoso. En 1820 se conseguirá, por fin, el objetivo que todos los pronunciamientos habían perseguido, permitiendo a los liberales pasar del plano teórico a uno real de gobierno.

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