Más allá de lo material, el hombre necesita explicarse su existencia y genera para ello una ideología de lo trascendente, un apoyo espiritual a su quehacer cotidiano.
De ello y de la visión sobre la vida nacen la religión y los ritos que permiten la conexión del individuo con un mundo sobrenatural que rige su existencia y que forma parte de ésta más allá de la experiencia vital.
Portugal y España compartimos una religión histórica común, que en ocasiones ha servido incluso para dirimir litigios mundanos generados en la mutua competencia. Sin embargo, en el detalle, su realidad material está plagada de aspectos singulares que abarcan incluso las aproximaciones sobre simbolismo o mística, en especial por las conexiones del catolicismo portugués con creencias de civilizaciones orientales.
Así, la liturgia, la imaginería, la pintura o la orfebrería delimitan formas propias de carácter particular perfectamente distinguibles a ambos lados de la frontera.