El 28 de diciembre de 1895 los hermanos Lumière presentan en una pequeña sala del Gran Café del Boulevard en París el cinematógrafo: la primera máquina capaz de rodar y proyectar películas de cine. Esta fue la única sala que accedió a acoger la demostración, ya que nadie confiaba en la repercusión pública que pudiera tener, ni siquiera sus inventores. No obstante fueron varios los visionarios que supieron adaptar las posibilidades que el cinematógrafo ofrecía en la industria del entretenimiento, principalmente a los espectáculos de vodevil e ilusionismo.
L´arroseur Arrosé por Louis Lumière. (1895)
Los hermanos Louis y Auguste Lumière partiendo de investigaciones previas, como el kinetospoio o cinetoscopio de Edision, patentaron en 1895 el cinematógrafo. Los hermanos entendían su invento como un avance científico, sin prestar a tención a sus posibilidad estéticas o comerciales, por ese motivo sus primeras películas captan la realidad tal cual (como La salida de los obreros de la fábrica o La llegada del tren a la estación de Ciotat). No obstante en este film Louis se anima a adaptar al lenguaje cinematográfico una tira cómica, empleando por primera vez un argumento en sus rodajes.
Desaparición de una dama en el teatro Robert-Houdin por Georges Méliès. (1896)
George Méliès entró en contacto desde muy joven con el mundo del ilusionismo y los espectáculos de variedades. En 1888 regentaba el teatro Robert-Houdin donde aplicaba los diferentes avances tecnológicos en su teatro, por lo que cuando en 1895 asistió a la presentación del cinematógrafo en seguida supo ver las posibilidades que el nuevo invento ofrecía al mundo del espectáculo. Investigó y desarrolló los efectos visuales del cinematógrafo, como en este cortometraje, en el que parando y reanudando el rodaje consigue hacer desaparecer al personaje.
La mansión del Diablo por Georges Méliès. (1897)
La escenografía y puesta en escena de los primeros films de Méliès, como en el caso anterior, son herederos de sus espectáculos de ilusionismo en el Robert-Houdin. Poco a poco se interesará por la continuidad narrativa llevando a cabo sus trucos contextualizados en historias de ciencia-ficción, fantasía o terror, como en esta película considerada la primera de su género.
Les oeufs de Pâques (Los huevos de Pascua) por Segundo de Chomón. (1907)
El turolense Segundo de Chomón fue un personaje clave en los inicios del cine. Pionero de los efectos especiales, desarrolló su trabajo en la productora Pathé, competidora directa de la productora de Méliès. En este cortometraje podemos ver su maestría con el uso de la doble exposición. Chomón reservaba una parte del escenario en negro, retrocedía la grabación y volvía a grabar encima haciendo coincidir las secuencias, de manera que combina en los mismos fotogramas personajes en distintas escalas; de hecho podemos ver cómo el personaje principal dirige su mirada constantemente al director a la espera de sus indicaciones para realizar las acciones.
El hotel eléctrico por Segundo de Chomón. (1908)
De los efectos visuales y técnicos desarrollados por Chomón destaca el “paso de manivela” precedente directo del stop-motion, mediante el que consigue el efecto de movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas. En este cortometraje, realizado ya para la productora Pathé, podemos apreciar el nivel de perfeccionamiento de esta técnica, perfeccionada hasta tal punto por Chomón que llegó a construir una cámara específica que permitía para la grabación fotograma a fotograma.