En esta planta transcurrió la vida cotidiana de la familia, compuesta por los marqueses de Cerralbo, don Enrique y doña Inocencia, y los hijos de ésta última, fruto de su primer matrimonio, don Antonio y doña Amelia del Valle Serrano, marqueses de Villa Huerta. Era también la zona donde se recibía a las visitas de confianza.
Su uso doméstico y las circunstancias familiares e históricas provocaron en ella sucesivas transformaciones. La primera tiene lugar tras el fallecimiento de don Antonio, acaecido en 1900, y afecta fundamentalmente al ala izquierda. Gran parte de las habitaciones que comprendían sus apartamentos privados se transformaron en gabinetes y salones de verano, por la ventaja que en esa época del año suponía su orientación y apertura al jardín.
Pero, sin duda, la intervención mas radical se efectuó en la década de los años 40 del siglo XX, y supuso el sacrificio de los auténticos dormitorios y demás cuartos de diario y de servicio, entonces carentes de interés museográfico, en favor de unas galerías donde exponer de forma desahogada y didáctica las colecciones artísticas.
Esas son las razones por las que el planteamiento expositivo de esta planta se ha acometido desde la recreación y no desde la recuperación fidedigna de los espacios, como ha ocurrido en el Piso Principal. Esta recreación de ambientes se ha hecho, cuando ha sido posible, con las piezas que originariamente se encontraban en estas habitaciones, no obstante, también se ha recurrido a cumplimentar los espacios con piezas de la colección Villa-Huerta (procedentes del Palacio de los marqueses en Santa Mª de Huerta) o incluso, aunque en menor medida, a la adquisición en el mercado de antigüedades.