2 de noviembre de 2020
Club Lectura
Con motivo de la próxima festividad de Halloween o día de difuntos queremos recomendarte una selección literaria acorde para que disfrutes estos días leyendo literatura decimonónica. En esta ocasión hemos elegido una temática muy específica que tuvo un gran éxito como recursos literario y argumental durante el siglo XIX: el concepto del doble o dopplehänger.
Doppelgänger es el vocablo alemán para definir el doble fantasmagórico o malvado de una persona viva. La palabra proviene de doppel, que significa «doble» y gänger: «andante». El término se utiliza para designar a cualquier doble de una persona, comúnmente en referencia al «gemelo malvado» pero también al fenómeno de la bilocación. Ya en las leyendas nórdicas y germánicas, ver el propio doble es un augurio seguro de muerte.
En la literatura, el tema del doble aparece en un principio con un efecto cómico y de sorpresa, y así lo utilizan autores como Plauto (de su comedia Anfitrión, en la que el dios Zeus toma la apariencia del esposo de Alcmena para concebir a Hércules, viene el sustantivo “sosias”), Molière (Anfitrión) o Shakespeare (La comedia de las equivocaciones).
Pero pronto el motivo del doble comienza a cobrar un sentido más serio e inquietante, y así lo vemos en el ciclo artúrico inglés, cuando Uther Pendragon, mediante artes mágicas, se hace pasar por el marido de Igraine para yacer con ésta, lo que tendrá por fruto al futuro Rey Arturo.
Desde el siglo XIX, los doppelgänger suponen un motivo perfecto para obras literarias de ciencia ficción y literatura fantástica, en las que son un tipo de metamorfo que imita a una persona o especie en particular. La diversidad con la que los autores van a interpretar el motivo del doble va a ser amplísima. De hecho, Juan Bargalló (1994) distingue tres tipos de doble en la literatura del XIX: por fusión, por desdoblamiento, y por metamorfosis. Aunque podemos adscribir fácilmente algunas de las obras a una u otra tipología, en otros casos la distinción no está tan clara.
El romanticismo se interesará especialmente por el fenómeno del doble como materialización del lado oscuro y misterioso del ser humano. Veamos ejemplos de autores del XIX que han tratado el tema del doble maligno:
Sin embargo, el tema del doble maligno, o del desdoblamiento de la personalidad, no fue el único enfoque que se dio al tema durante el siglo XIX.
En la literatura española, siempre amante de las temáticas mortuorias y tétricas, son diversas las ocasiones en las que el protagonista se encuentra con un doble fantasmal o muerto: es el caso de El estudiante de Salamanca del escritor romántico José de Espronceda; El capitán Montoya, del también romántico José Zorrilla; sin olvidar el relato Mi entierro, de Leopoldo Alas “Clarín”.
Durante el siglo XX serán varios los autores que usarán esta figura del doble, desde Saramago a Unamuno. El medio cinematográfico tampoco será inmune a la fascinación producida por los dobles, normalmente malignos. Recientemente, las series de ficción han hecho uso también de este recurso narrativo, con resultados espectaculares y perturbadores como ocurre en la británica Dublin murders (basada en los libros de Tana French), en la que se utiliza la figura del fetch directamente de la mitología irlandesa, muy similar a la figura del doppelgänger; o en la italiana Curon, destinada a público más juvenil ávido de emociones fuertes.
Os animamos a leer estas interesantísimas obras recurriendo a vuestra biblioteca pública habitual o buscando ejemplares de libre acceso en internet, ya que la mayoría de ellas se encuentran, por su fecha de publicación, en dominio público. ¡Feliz lectura!
* Extraído de