Siglo XVIII Salto de línea MármolSalto de línea 61,5 (altura con peana) x 33 x 33 cm. Salto de línea Inv. 2501. Salto de línea Ubicación: Salón de baile
Bibliografía:Salto de línea RICHTER, G. The Portraits of the Greeks. Londres, 1965
Catalogación: Ángeles Castellano Hernández.
La escultura representa la cabeza de un hombre de edad madura, en tamaño algo mayor que el natural. Está ligeramente torsionada hacia la izquierda. El cabello está peinado en cortos y ondulados mechones que caen de forma escueta sobre la nuca y la frente. Tiene un espeso bigote y barba muy poblada lo que da a la cabeza un gran volumen y una forma final compacta. Cuello corto y ancho. Frente muy amplia con arrugas horizontales, ojos y párpados muy salientes, los pómulos se representan flácidos para aumentar la sensación de senectud.
Aunque es difícil adscribir el nombre del personaje representado lo identificamos con un posible filósofo de la Grecia clásica.
Inspirados en originales griegos del siglo IV a. C., los retratos de filósofos tienen durante la etapa Alto Imperial romana y, más tarde, en siglos posteriores una amplia aceptación. Es en la Grecia clásica cuando comienzan a realizarse retratos de personajes ilustres con el fin de rendirles alabanza pública y perpetuar su fama. Poetas, historiadores, filósofos y otros personajes, que se situaban en espacios públicos y privados en Atenas y en Roma, se copian y se reinterpretan desde el Renacimiento. En la segunda mitad del siglo XVIII, el Neoclasicismo, la Ilustración y las Academias se abren de lleno al arte clásico en el convencimiento de que en las obras de la Antigüedad están implícitos los más altos valores de virtud y belleza.
Estos retratos son esculturas que, además del carácter decorativo, poseen una simbología como elementos de prestigio y denotan la cultura de su propietario. Realizarlos en mármol supone el método más idóneo para expresar los valores tanto materiales como espirituales que debían acompañar al hombre.