Con En torno al hogar descubriremos el papel fundamental que tuvo el fuego en la vida de las comunidades que habitaron la cornisa cantábrica en tiempos de Altamira. A través de la arqueología experimental, analizaremos las diferentes formas de producción y uso de fuego en el Paleolítico.
Te contamos más...
El uso del fuego fue esencial para la preparación y el consumo de los alimentos en la prehistoria, ya que permitió una mejor nutrición para las comunidades del Paleolítico. Hemos visto que técnicas como el ahumado o el cocinado eran perfectamente conocidas y utilizadas, pero ¿qué alimentos consumían?
En la cueva de Altamira, se han hallado restos que demuestran una dieta variada, basada en frutas, frutos secos, carne, marisco o pescado. Los vegetales han sido documentados en distintos yacimientos, a pesar de su difícil conservación. Frutos como las avellanas, bayas como las frambuesas o granos de gramíneas han dejado constancia en el registro arqueológico. En el caso de la carne, hubo una ligera especialización en la caza del ciervo, con presencia de caballo y grandes bóvidos como el uro o el bisonte. Los mariscos están muy bien representados en el registro arqueológico de Altamira, con gran presencia de lapas y bígaros recogidos en la costa, que por entonces se encontraba a unos 30 km. de la cueva. También se han hallado vértebras de salmones, truchas y otros peces, que formarían parte de la dieta de los habitantes de la cordillera cantábrica en el Paleolítico superior. Esta diversidad de ingredientes demuestra un perfecto conocimiento de los recursos a su alcance, además del consumo de una dieta equilibrada.
El control del fuego fue fundamental dentro de la socialización de los grupos del Paleolítico, siendo el hogar un espacio de reunión. En torno al hogar se comía, se trabajaba y se vivía. El calor y la luz de la lumbre servirían de punto focal en torno al cual el grupo podría interactuar, fomentando el aprendizaje intergeneracional y la comunicación como elementos de cohesión social del grupo. La hoguera se convertiría así en un lugar de intercambio, transformación y reproducción cultural, fundamental para el desarrollo social de nuestra especie.