Hombres y mujeres con vínculos familiares se agrupaban en bandas; recorrían un territorio en el que se alimentaban de la caza, la recolección de vegetales, la pesca o el marisqueo; cuidaban a los enfermos; enterraban con esmero a sus muertos y realizaban obras de arte: desarrollaron un eficaz modo de vida. Así, durante el Paleolítico superior, se forjó una extraordinaria cultura que se extendía por toda Europa hasta el fin de la glaciación y el cambio al clima actual.