Pieza metálica rectangular de superficie plana, probablemente hecha en aleación de cobre, con ocho orificios de diferentes diámetros (Fig. 1, arriba). En uno de sus extremos exhibe una escala gráfica con indicación numérica, grabada sobre el anverso (Fig. 1, abajo). Se preservan dos subdivisiones que coinciden con los números 180 y 17[0], fraccionadas a su vez en diez y veinte unidades. En el sector medio hay una pequeña raya demarcatoria. Todo lo anterior sugiere que corresponde al fragmento de un arco escalado en grados, graduado según el sistema sexagesimal de 0° a 180°. Los orificios son una evidencia adicional para la identificación del objeto. Asumiendo que era una semicircunferencia, el de mayores dimensiones, con un diámetro de 4 mm, estaría ubicado sobre su eje de simetría. El diámetro de los de menor tamaño disminuye del anverso hacia el reverso. Es probable que el primero sirviera para la articulación de un eje, que permitiría fijar un soporte o la rotación de algún accesorio. A través de los orificios más pequeños se habrían sujetado mediante tornillos otros módulos del artefacto original. El artefacto correspondería, por tanto, a un mecanismo goniométrico, utilizado para la medición de ángulos. Entre los diversos instrumentos de medición de esta época, la pieza en cuestión se asemeja a los componentes de algunos grafómetros semicirculares.
El grafómetro fue diseñado por el francés Philippe Danfrie a fines del siglo XVI. Desde entonces, fue utilizado para la medición de ángulos horizontales y verticales en topografía, hidrografía y astronomía, entre otras disciplinas. En términos generales, consistía en un arco de círculo, semicírculo o círculo completo, con una graduación de 0° a 180°. Disponía de una alidada o anteojo móvil articulado en el centro, y dos pínulas, una en cada extremo de la pieza, que constituían la alidada fija o anteojo fijo (De Lorenzo et al. 1864:286; Mañueco Santurtun y Peláez Tremols 1987:45-46; Sánchez Lázaro 1990:20-21). Muchos portaban una brújula en el centro y, a partir del siglo XIX, algunos fueron equipados con telescopios en lugar de alidadas (Bennett 1987: 49-50). Por lo general apoyaban sobre un trípode, para situar su plano según la posición que debían ocupar durante las mediciones (Sánchez Lázaro 1990:20). Los empleados en navegación se articulaban en suspensión de Cardano, sistema que les permitía mantenerse en posición horizontal (De Lorenzo et al. 1864:286).
Nicolás Ciarlo