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Planta baja

Visita a la planta baja

Portada del palacio

La portada del palacio data de la reforma llevada a cabo por Giner Rabassa de Perellós y Lanuza, III Marqués de Dos Aguas, en 1740. Fue realizada en alabastro procedente de las canteras marquesales de Niñerola (Picassent, Valencia) por Ignacio Vergara a partir de un diseño de Hipólito Rovira. Consta de dos cuerpos. En el cuerpo inferior, a ambos lados de la puerta, dos atlantes apoyados sobre ánforas que vierten sus aguas, en alusión al título marquesal, junto a un león y cocodrilo que simbolizan los continentes africano y americano, en representación de los peligros de los lugares todavía fuera del control del catolicismo. Sobre el dintel de la puerta, en el centro, dos figuras de Hércules sostienen el escudo marquesal. El cuerpo superior está presidido por la Virgen del Rosario, patrona del marquesado, que en el proyecto original de Rovira aparecía sentada. Debajo de ella, dos figuras femeninas arrodilladas la contemplan: una de ellas con una vasija de la que caen monedas, la otra con una cornucopia con frutos, alegorías de la Justicia y la Magnanimidad y de la Agricultura y la Prosperidad, respectivamente. A cada lado de la Virgen, se han representado pebeteros humeantes mezclados con cuernos de abundancia que derraman sus frutos. Encima de la hornacina, una figura alada que lleva una trompeta y laurel representa a la Fama sobre el globo terráqueo.

Patio de acceso al Museo o de la fuente

Lo preside un programa iconográfico en el que se proclaman los intereses económicos y culturales del Marqués de Dos Aguas mediante los relieves en terracota con las figuras alegóricas de los balcones, que hacen alusión a las Artes. Podemos ver a la Arquitectura sosteniendo un plano del Palacio, a la Escultura y la Música, a la Agricultura y el Comercio, a las Ciencias y las Letras, y por último a la Navegación. Los relieves están atribuidos a José Nicoli.

Patio de Carruajes

Se trata del antiguo patio de carruajes que desde 1867 asumió la función de distribuidor hacia las cocheras y establos del interior del Palacio.

Originalmente estaba adoquinado y actualmente alberga la carroza de las Ninfas, la del Marqués de Llanera y una silla de manos del siglo XVIII.

La Carroza de las Ninfas

La berlina de gala de los Marqueses de Dos Aguas, conocida como carroza de las Ninfas, fue diseñada y pintada por Hipólito Rovira y tallada por el escultor Ignacio Vergara en 1753. Tiene un programa iconográfico similar al de la portada del Palacio, que hace alusión al título de la Casa de Dos Aguas.

Toda la caja va suspendida por correas de cuero, siendo el modelo casi idéntico al de la “Carroza de Oro” del príncipe de Liechtenstein, también de mediados del siglo XVIII.

Carroza del Marqués de Llanera

Esta carroza, donada por sus descendientes, de estilo imperio está fechada alrededor del año 1800 y perteneció a la familia del Marqués de Llanera.

Fue una adquisición del marqués, D. Vicente Castillo y Crespí de Valldaura. Cuando D. Vicente Castillo la compró, encargó al pintor Mariano García Mas (1911†) que plasmase en sus puertas y en la parte trasera unas escenas dieciochescas en las que figuraban sus dos hijas y un primo de ellas, Mateo Zaforteza, así como su escudo de armas. La tapicería también debió renovarse por entonces, ya que no es coetánea de la época de construcción, excepto en las cortinillas y sus pabellones, que están realizados en una seda natural de tono verdoso, bordada con lentejuelas de plata, muy estilo imperio.

Silla de manos

Silla de manos española del siglo XVIII, de madera dorada en su parte visible y revestida de cuero repujado y policromado (guadamecí). En la portezuela, que abarca todo el panel delantero, aparece un escudo de filiación desconocida. El interior va forrado de raso blanco brocado en plata.

Escalera principal

La escalera actual se ubicó desde el siglo XIX en el hueco trazado en el siglo anterior. Se rebajó en altura y se cubrió de forma que impedía la visión de la antigua cúpula , que hoy puede verse en la segunda planta. Sus paramentos se revistieron de los vistosos estucos que semejan mármoles y que fueron recuperados tras la última restauración que se llevó a cabo del edificio.

Cúpula

La cúpula realizada por Hipólito Rovira en 1740 se podía apreciar antiguamente al subir por la escalera principal. En las reformas del siglo XIX se añadió el segundo piso quedando la cúpula invisible desde la escalera. En la actualidad, se puede apreciar esta obra en el segundo piso, en la sala contigua a la Sala de las culturas.

Durante las obras de restauración del palacio, la cúpula fue objeto de un proceso de limpieza, eliminación de las intervenciones anteriores y consolidación de su estructura.

Está realizada al fresco sobre mortero de cal y arena con algunos retoques en seco. Reposa sobre cuatro pechinas triangulares, obra de Ignacio Vergara, en estuco, con figuras alusivas a los cuatro continentes: elefante, león, caballo y cocodrilo.

Las figuras representadas por Rovira pertenecen a la mitología clásica y están distribuidas en siete escenas presididas por Minerva. Se han interpretado, al igual que el programa iconográfico del patio de entrada, como alusiones al mundo de los marqueses.

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