Ricardo de Orueta (1868 - 1939) fue el gran descubridor de nuestra escultura del Siglo de Oro. Había empezado estudiando a Pedro de Mena, luego analizó a Berruguete o a Gregorio Fernádez y reflexionó ampliamente sobre las formas de la escultura castellana. Sin embargo, siempre tuvo presente los orígenes históricos, medievales, de la plástica peninsular, en la que encontraba la matriz de desarrollos posteriores. De ahí la importancia de este escrito póstumo, con el que concluyó su trabajo crítico, en vísperas de su muerte, y en el que el tiempo elegido es el pasado remoto de nuestra imaginería religiosa, esto es, el arte románico.
Con este libro inédito, concluye el trabajo de recuperación de sus escritos mayores por parte del Museo Nacional de Escultura. Su lectura revela su talento analítico, la viveza de su mirada y la intensidad de su lenguaje. Sus centenares de fotografías ponen en evidencia la novedosa importancia que tuvo para él, desde sus inicios, el documento visual en la comprensión de la historia del arte.
Salto de línea Ricardo de Orueta. La escultura de los siglos XI y XII Salto de línea