Te invitamos a la lentitud, lejos del ruido urbano, de las urgencias diarias. Nuestro pequeño jardín te ofrece un momento ideal de silencio y calma. Aquí se respira también el rumor de tiempos pasados. Este es un jardín de la memoria. Una sala más del Museo con sus obras de arte a cielo abierto. Estamos en el corazón de la ciudad histórica, y el Colegio de San Gregorio es uno de los pocos testigos de la vieja morfología de la ciudad, que se salvó del derribo de palacios, conventos y murallas, que cercenó, en una malentendida modernidad, uno de los cascos antiguos españoles más importantes y todo su tejido urbano.
Al modo de los jardines arqueológicos, éste conserva antiguos vestigios de ese Valladolid destruido, procedentes de distintos tiempos y lugares: arquerías y fachadas renacentistas, escudos de casas nobles, fragmentos escultóricos de los años treinta, que, como restos de un naufragio, han encontrado acogida en el Museo.