El Museo Nacional de Escultura presenta una nueva propuesta en el Rincón Rojo, dedicado en esta ocasión a la exhibición de una de las últimas adquisiciones con destino a los fondos del centro.
Se trata de una escultura del siglo XVII en madera policromada que representa a San José con el niño, obra del escultor Pedro de Mena. En esta época la figura de San José, hasta entonces representado en un segundo plano, se independiza de la escena familiar y adquiere un nuevo protagonismo, reflejo de su popularidad social: adopta un aire de nobleza viril, fuerte y maduro, llevando tiernamente a Jesús, rodeado de un halo de idealismo religioso.
Con la incoporación de hasta ahora esta desconocida obra, además de subrayar la importancia en la escultura barroca española del escultor granadino afinando en Málaga, el Museo pone el foco sobre uno de los periodos más fecundos de su creatividad: el desarrollado en Granada entre 1652 y 1658 bajo el influjo de la polifacética maestría de Alonso Cano, escultor con quien mantuvo una estrecha y fructífera colaboración.
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