En septiembre de 1868 se produjo una revolución conocida como La Gloriosa, que supuso el destronamiento de Isabel II. El Museo del Romanticismo quiere rememorar este acontecimiento, ya que se trata de un momento clave que marca el final del periodo romántico en España.
La Revolución se desarrolló en apenas veinte días, desde su estallido en Cádiz el 18 de septiembre hasta la formación del Gobierno provisional en Madrid el 8 de octubre, pasando por la marcha de Isabel II a Francia el 30 de septiembre.
La Gloriosa, si bien se sirvió del apoyo popular para su triunfo, no fue en realidad una revolución como tal, sino un movimiento de minorías que se resolvió mediante un golpe militar. No hubo cambios en la estructura social o económica del país, pero sí en el sistema político, además de avances en las libertades recogidos en la Constitución de 1869.
Tras la Revolución se abrió un periodo conocido como el Sexenio Democrático, en los que se tuvo que hacer frente a dificultades como la Guerra Grande por la independencia cubana, la Tercera Guerra Carlista o una fuerte conflictividad social, ya que en estos momentos aparece una clara concienciación de la clase obrera. En seis años se sucedieron distintas formas de sistemas políticos: el Gobierno provisional (1868-1870), que apoyó la solución monárquica, el reinado de Amadeo I (1871-1873), la Primera República (1873-1874), para producirse finalmente la vuelta de la dinastía Borbón al trono de España en la persona de Alfonso XII con la Restauración.