Tras la revolución de “La Gloriosa”, el decreto de libertad de imprenta emitido en octubre de 1868 y confirmado en la Constitución de 1869, produjo un de florecimiento de la prensa, incrementándose la publicación de periódicos. En medio de este contexto de libertad de expresión no es de extrañar que prosperara de forma extraordinaria la prensa satírica en toda España, destacando las ciudades de Madrid y Barcelona. Muchos de estos noticieros incluían ilustraciones humorísticas, dando lugar a una auténtica edad oro del humor gráfico en España, con ilustraciones de gran calidad y expresividad, llenas de sarcasmo y provocación. En muchos casos, junto con la gaceta, se incluía el regalo o venta de barajas, almanaques, estampas, etc.
En muchas ocasiones se trató de publicaciones de muy corta vida, que nacieron de forma algo improvisada pero que en ocasiones llegaron a editarse durante años. Con un momento político tan agitado como el que se vivió durante la época del Sexenio Democrático, los temas que fueron blanco de las sátiras eran variados, si bien algunos que fueron especialmente recurrentes, como la búsqueda de un rey, el anticlericalismo o incluso la corrupción política.