Óleo sobre lienzo
93,9 x 114 cm
En el cuadro son protagonistas las barcas con sus velas parcialmente recogidas e hinchadas por el viento. La hora de luz y los bueyes que aparecen al lado de las barcas dan un sentido a la composicion de regreso del trabajo.
Una carta de Sorolla, escrita tres años después en Alicante, parece que describe sin embargo este cuadro, pintado en la Malvarrosa en 1915. "El día es de sol, limpio, espléndido, acariciador, lleno de esa vida tan valenciana, que parece vuelves a la infancia."
El cuadro es de una nitidez y una belleza que tiene algo de táctil, de aterciopelado. Uno de esos espectáculos del azul que arrebatan a Sorolla.