La Aguja de Oro es la denominación bajo la cual Dª María Rosa Salvador Ramonacho premió desde 1981 hasta 2006, durante veintiséis ediciones, a diseñadores de todo el mundo, consolidando la trayectoria y prestigio de un Premio que, teniendo en cuenta la relevancia adquirida, se considera necesario mantener y potenciar.
Desde que abriera su primera tienda, en 1965, el pálpito e intuición de Salvador descubriendo nuevos valores o captando lo mejor de las firmas internacionales de costura, están documentados en el fondo de armario de varias generaciones. A través de los años, el taller de María Rosa alcanzó una talla singular en el casi desértico panorama actual español de la alta costura. Autodidacta, constante y con una memoria sembrada de recuerdos, como aquella prueba que personalmente le hizo mademoiselle Coco Chanel en su atelier de la rue Chambón cuando adquirió la licencia de un prototipo de alta costura para luego poder realizarlo en su taller madrileño. Darían para muchas líneas las anécdotas y conocimientos que guarda relacionados con grandes personajes de la moda. Amiga fiel de diseñadores y clientas, la “petite espagnole” como era conocida en los salones de moda de París, prestó su entusiasmo al estilo de un Premio unido para siempre a su nombre.
Con este premio se otorgó el reconocimiento institucional a un creador/a cuya obra brillaba con especial significación en el ámbito de la moda. Se recompensó la meritoria labor del galardonado destacando su aportación sobresaliente a la cultura y la creación artística.
Los primeros años de La Aguja de Oro fueron discretos, a tono con el papel opaco y secundario que interpretaba la moda en muchos ámbitos y su escaso calado en la sociedad. De puertas adentro la costura tradicional estaba en crisis y una nueva generación de jóvenes diseñadores estaba a punto de renovar conceptos. Las pasarelas francesas se ensimismaban en una especie de letargo, las italianas despertaban curiosidad y las plataformas de moda norteamericanas apenas existían para los medios de comunicación españoles. En este caldo de cultivo empezó a fraguarse una saga interesantísima de diseñadores que ha puesto las bases a una magnífica y solvente maquinaria industrial en la que la Moda se conjuga a partes iguales con la cultura, la sociedad, el comercio y economía. Con este panorama, la empresaria María Rosa Salvador se embarcó en el proyecto de poner en marcha un premio que sirviera para reconocer el trabajo, la personalidad o el talento en la moda. El perfil de los componentes del jurado se ha desarrollado desde el discreto grupo de periodistas y personajes vinculados a las páginas de sociedad en los años 80, hasta una extraordinaria representación de la prensa escrita y audiovisual, reflejo de su prodigioso crecimiento en las últimas décadas. El acto de entrega dejó siempre al ganador/a sorprendido/a por la expectación y la afabilidad que suscita su presencia.
Tras 26 ediciones, María Rosa consideró llegado el momento de ceder su papel de guía de la organización. El Ministerio de Cultura recogió el testigo y otorgó el último galardón en 2007 a Nicolas Ghesquière (Comines, Francia, 1971).
María Rosa Salvador o la pasión por la moda
En: INDUMENTA. Revista del Museo del TrajeSalto de línea Lola GavarrónSalto de línea Escritora y periodista experta en modaSalto de línea
Premios entregados en el Museo del Traje:
Premios anteriores: