Entre los adornos de la indumentaria masculina del siglo XVIII nos encontramos las hebillas, que se usaban para sujetar y adornar las corbatas y los zapatos. Estaban realizadas en plata o en acero, una mezcla de hierro y carbón, que tiene un brillo muy similar a la plata. La extensión del acero muestra la influencia de Inglaterra, tanto en el material como en la moda. Como decoración solían llevar cristales de estrás o strass, un tipo de cristal rico en plomo, con un brillo similar al del brillante, inventado en este siglo XVIII.
Los botones, por otra parte, podían usarse en este periodo como un adorno o para cerrar prendas. En un primer momento se realizaban en madera o hueso, forrados de tela o de metal, a partir del siglo XVII, con el desarrollo de la industria metalúrgica en el siglo XVIII y las nuevas aleaciones metálicas, se fabricaron en acero, cobre, latón. Suelen estar decorados con motivos grabados en el metal, o bordados si están forrados de tela. Los botones de cobre se comenzaron a fabricar en Francia e Inglaterra en la década de 1770 y estuvieron de moda hasta el inicio del siglo XIX.