Jaén, ca. 1890
El término chirri define la indumentaria masculina jiennense. Tal vez porque ellos realizaban el trabajo de carreteros, y en sus desplazamientos por la ciudad las ruedas de sus carros chirriaban, y se asoció el sonido con la persona, el chirri. Supone la incorporación del traje sastre burgués, entendido como conjunto de chaqueta y pantalón, confeccionados con el mismo tejido, en este caso de grueso paño de lana color pardo, además de chaleco, siempre de tejido diferente y más rico, y con cuello esmoquin -tomado de la moda romántica-, que vestían los agricultores acomodados. El pantalón presenta perneras anchas con bocas abiertas que cierran con hileras de botones metálicos con eslabones largos que hasta entonces habían caracterizado a los trajes de calzón andaluces, del período romántico, y que al rozar unos con otros producían un peculiar sonido al andar. Complementos específicos de este icono de zona son: la faja ceñida a la cintura, de bordado a la aguja con motivos florales, técnica decorativa poco utilizada en la capital; el sombrero catite, complemento de cabeza rígido, con ala vuelta verticalmente que envuelve la copa troncocónica, tipología constante en la moda romántica y en concreto en la pintura costumbrista andaluza, que se asocia con el pañuelo de cabeza que lleva debajo, anudado de diferentes maneras; y en los pies, botas camperas de caña baja, de serraje y cierre de cordón, de fabricación local.
Inventario: MT000335-36 / 38-40, MT000223