El traje es depositario de múltiples mensajes y actúa como símbolo identitario dentro de un marco social. Durante siglos ha recogido códigos convencionales que expresan jerarquía, pertenencia a grupo, edad, género, estado civil, si es de diario o festivo, y en relación con el sistema productivo, la profesión: pastor, agricultor, pescador, arriero, vendedor, ama de cría o cargo público. Existen prendas y complementos específicos en cada marco geográfico, condicionados por el clima, el terreno y los materiales existentes. Patrones, color, fibras textiles y objetos como el bastón o un determinado sombrero, así como ciertos productos asociados al traje (miel, naranjas, etc.), se convierten en emblemas de oficio.