Las manifestaciones artísticas son la major fuente para conocer la vestimenta de nuestros antepasados. Aunque son muy abundantes los textos escritos en los que se describen ropajes, las artes plásticas nos han dejado el mejor recuerdo gráfico de aquellos frágiles trajes: la escultura nos permite contemplar las túnicas, mantos y togas de la antigüedad; la pintura refleja las prendas y las texturas de los tejidos; el grabado y el dibujo describen fielmente los contornos y los motivos decorativos.