La conservación es una de las funciones básicas del museo. El museo conserva los bienes culturales con el objetivo de garantizar su transmisión a las generaciones futuras. Esta función es una finalidad imprescindible y justifica en sí misma la existencia del museo.
El Departamento de Conservación es el responsable del cuidado de las colecciones expuestas, almacenadas o en tránsito fuera de su sede. La conservación preventiva de las colecciones es una actividad esencial puesto que se trata de una intervención continua e integral que afecta a todos los bienes culturales en conjunto, controlando las condiciones de su entorno y vigilando el estado físico de cada pieza. Además, se ocupa de realizar los tratamientos de restauración adecuados cuando el estado de conservación de los bienes culturales así lo aconsejan, eligiendo los medios idóneos para cada actuación. Asimismo, participa en proyectos de investigación en colaboración con otras instituciones en los cuales el uso de nuevas tecnologías y las técnicas analíticas permiten avanzar tanto en la conservación y el conocimiento concreto de los bienes culturales que custodia, como a nivel general de investigación sobre conservación.