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Tintín y el Templo del Sol es otra de las andanzas del conocido personaje de cómic de flequillo rebelde creado por el dibujante Hergé. En este caso, Tintín se encuentra con una momia incaica con la que se desencadena su nueva aventura en Perú. Para dibujar ésta, aunque le añadió un tocado de plumas, Hergé se inspiró claramente en una auténtica momia que pudo contemplar en el Museo de las Colecciones Reales de Arte e Historia de Bruselas. Hoy esta misma momia puede verse en el Museo Cincuentenario. Los objetos de los museos también inspiran...

Diversos pueblos andinos envolvían a sus muertos en fardos funerarios y seguían cuidando de ellos como si continuaran vivos. Esta momia de Bruselas no parece muy bien conservada, y ha perdido su ajuar e indumentaria, sin embargo, algunas momias incas que formaron parte de ritos de sacrificio realizados en los grandes volcanes nevados, se han mantenido congelados casi exactamente igual que el momento de su fallecimiento. La momia inca más conocida quizá sea Juanita, que formó parte de una ceremonia de Capac Cocha en el nevado Ampato.

Esta ceremonia, Capac Cocha, realizada en ciertos momentos de "crisis o caos" incluía el sacrificio de jóvenes y niños. Y es el motivo también de la presencia de los Niños de Llullaillaco, excelentemente conservados, que se encontraran a más de 6000 metros de altura en la región de nieves perpetuas. Entre los ajuares que les acompañaban destacan estos orejones, esculturas incas en oro o plata, en las que se aprecian los lóbulos de las orejas colgando vacíos. En el Museo también puedes encontrar alguno, pero no ha conservado los ricos tejidos y plumas con que se adornaban…

Si recuerdas, a Tadeo Jones también de daba un poco de miedo la momia del Museo de América… pero esta pertenece a otra cultura andina, en este caso de la costa Sur, la cultura Paracas, que es más de 1000 años anterior a los incas.