Los diversos ámbitos que abarca el Plan recogen aspectos comunes, ya que:
Estos aspectos comunes a todos los ámbitos del Plan presentan particularidades o diferencias, fundamentalmente de intensidad, en cada uno de ellos. Mientras que la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería civil se vinculan más a los procesos de la evolución social y económica del siglo XX, las artes plásticas van más unidas a la creatividad individual y a las afinidades que entre autores se establecen como corrientes artísticas; y los registros fotográficos, audiovisuales y sonoros a las diferentes técnicas que se pusieron en juego para la definición novedosa de sus soportes.
Dentro de la diversidad de bienes culturales que se integran en el Plan Nacional, se identifican rasgos comunes:
Para la elaboración y adopción estrategias de conservación de los bienes que integran el Plan, resulta fundamental establecer unos criterios básicos de selección mediante la identificación de los principales valores y significados atribuibles a dichos bienes. Estos criterios deben ser considerados de manera equilibrada, reconociendo la representatividad de diversos factores como los culturales, sociales, históricos, territoriales y cronológicos. En la selección será fundamental tanto la atención a la singularidad de los propios bienes, dentro de cada uno de los tres ámbitos, como su capacidad de establecer conexiones entre ellos.
Los bienes culturales que se integran en el marco del Plan Nacional deben estar sometidos a criterios generales de intervención, teniendo en cuenta estos principios: