La vulnerabilidad del patrimonio cultural del siglo XX está vinculada, en gran medida, a los ritmos acelerados que acompañaron la construcción de la sociedad de la información y el consumo.La producción cultural del siglo XX plantea la dificultad objetiva de identificar los bienes susceptibles de ser considerados como bien patrimonial. Dicha dificultad de identificación, derivada del enorme y desigual incremento en la producción de bienes de todo tipo que ha caracterizado la expansión industrial durante el siglo XX, resulta más compleja por la inevitable falta de perspectiva temporal con la que debe acometerse cualquier caracterización o valoración del patrimonio de tan reciente periodo.
La normativa sobre la protección del patrimonio cultural del siglo XX es débil, no habiendo obtenido atención específica y homogénea ni en la legislación estatal ni en las autonómicas.
En relación a su conservación, el patrimonio cultural del siglo XX es especialmente vulnerable, por:
De forma generalizada, la sociedad apenas reconoce o valora como patrimonio a preservar, los bienes culturales creados en el siglo XX; posición que se corresponde con la carencia de interés en la preservación de gran parte de este patrimonio que mantienen las administraciones públicas.
Por esta situación de vulnerabilidad, junto con la inexistencia de una caracterización, inequívoca y rigurosa, de su carácter patrimonial, los bienes culturales producidos en el siglo XX están expuestos a riesgos derivados de: